En Punta del Este, esta casa diseñada por el arquitecto Horacio Ravazzani impacta por la exageración de su escala. Un aspecto que es parte de su sello profesional pero que también fue requisito principal para el dueño, para quien la amplitud del espacio es esencial.
Punta del Este da para todos los gustos. Están los que se han construido la casa en una playa perdida (si no hay electricidad, mejor), y también los que tomaron muy seriamente el desafío de construir algo espectacular y que lo haga notar. Sin duda el propietario pertenece a estos últimos. Hombre de negocios argentino y apasionado de la arquitectura, después de haber adquirido una parcela de tierra en el sector Rincón del indio recurrió al arquitecto y escultor Horacio Ravazzani para que construyese una casa que compartiría con su mujer y sus amigos. Ravazzani, ya fallecido, vivió y trabajó desde siempre en Uruguay y su trabajo dejó una importante herencia de obras que representan lo más creativo de la arquitectura de Punta del Este y sus alrededores. De expresión exagerada, son el manifiesto que sólo una incontenible pasión creadora pudo haber generado. Las casas que construyó casi personalmente son, como ocurre con el trabajo de muchos artistas, el desarrollo de un tema con infinitas variaciones, que se mantuvo independiente de todas las tentaciones estilísticas. Sus edificios siempre se ajustan al paisaje, lo acompañan, lo completan sin forzar esa relación para intentar imponer una idea abstracta.
Luis Rusconi cuenta que la casa se proyectó de manera casi artesanal, utilizando estructuras de fierro proveniente de demoliciones que no sólo sirvieron para la arquitectura, sino que inclusive fueron motor para algunas ideas de la concepción. Se utilizaron, por ejemplo, para el techo interior y las escaleras. La piedra, en tanto, tuvo como fin asemejar la construcción al estilo de los antiguos monasterios uruguayos.
La casa acapara miradas, de eso no hay duda. Es